Con gesto victorioso llegó el Presidente de la República a inaugurar el nuevo “Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles” en el Municipio de Tecámac, estado de México; con destacados invitados de todos los ámbitos, políticos de todos los partidos, empresarios, la elite gubernamental; parecía un ambiente familiar ante las contundentes críticas por la demora en la entrega total de la obra pública del sexenio.
Andrés Manuel López Obrador envío un mensaje triunfalista sobre un aeropuerto inconcluso ante la mirada de los invitados, en los pasillos se escuchaban críticas por el tiempo de traslado de la Ciudad de México hasta la nueva obra “Felipe Ángeles”. Entre el festejo de unos y el desacuerdo callado de otros, se inició la ceremonia de inauguración, donde sólo hubo aplausos.
El gobernador del estado de México Alfredo del Mazo Maza -se dice amigo del presidente AMLO- dio un discurso, alabando las palabras del Presidente de la República, a pesar de todos los retrasos presentados al exterior de las instalaciones del recinto internacional.
Afuera del Nuevo Aeropuerto era otra realidad, las obras seguían y seguirán durante un tiempo, había que entregar lo más que se pudiera, aunque no se cumpliera con el objetivo total. Falta infraestructura por concluir, nadie opinó contrario al presidente Andrés Manuel López Obrador. Incluso faltan los establecimientos para merecer alimentos en un aeropuerto internacional que todavía no se puede llamar de primer nivel por las carencias. No se demerita el trabajo de ingeniería de los militares o Ejercito Nacional Mexicano, pero a ese aeropuerto le falta para estar al cien por ciento.
Las Tlayudas fue el espectáculo final, después de una larga jornada de trabajo desde muy temprano, los invitados especiales, tenían hambre y el negocio de la venta de tlayudas por aparte de una particular fue el éxito de esa mañana.
